Mampostería y sus usos en la construcción

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Mampostería, se conoce como el sistema tradicional de construcción que consiste en erigir muros y paramentos, para diversos fines, mediante la colocación manual de los elementos o los materiales que los componen (denominados mampuestos) que pueden ser ladrillos, bloques de cemento prefabricados, piedras talladas en formas regulares o no, entre otros. Son una solución tradicional y eficaz, empleada en construcciones durante mucho tiempo a lo largo de la historia. Este sistema permite una reducción en los desperdicios de los materiales empleados y genera fachadas portantes; es apta para construcciones en alturas grandes. La mayor parte de la construcción es estructural.

Mamposterías ordinarias, secos y con sillares

A la disposición y trabazón dadas a los materiales empleados en los muros se llama aparejo. Cuando se utiliza una argamasa o mortero de cemento y arena con la adición de una cantidad conveniente de agua para la unión de las piezas de piedra, la mampostería se denomina “mampostería ordinaria”.

En algunos casos es conveniente construir el muro sin utilizar mortero, denominándose a los muros así resultantes “muros secos”. En este caso se colocan los mampuestos sin mortero que los una, y lo sumo se acuña con ripios.

Cuando el elemento que conforma el muro es un sillar, a la fábrica resultante se le denomina: sillería a hueso. Los sillares se colocan en seco sin material que se interponga entre ellos. Antiguamente se utilizaba también el barro, al cual se le añadían otros elementos naturales como paja, y en algunas zonas rurales excrementos de vaca y caballo.

No portante

Es aquella cuya función principal es la de conformar muros que sirvan para dividir espacios, sin tener una función expresa o tácita de soportar techos o niveles superiores. Este tipo de mampostería conforma las particiones o fachadas en edificios con sistemas portantes en pórticos de concreto, acero o, incluso, madera.

Portante

La mampostería portante impone, adicionalmente a las características enunciadas anteriormente, de acuerdo al tipo de exposición, la necesidad de una resistencia superior en los elementos, suficiente para soportar las cargas que debe soportar, o que tengan una resistencia tal que se diseñe la estructura para ella. Esto en cuanto a las unidades, pero como conjunto, aparece la participación del refuerzo, lo que le ha dado la dimensión que posee la mampostería en la actualidad, dentro de los sistemas estructurales.

En muros exteriores

Las condiciones de exposición en fachadas, fundaciones, etc., donde puede haber presencia de agua al menos por un lado del muro, sea este portante o no, conlleva la necesidad de unidades de baja permeabilidad y absorción con el fin de impedir la entrada de agua a través del muro.

Por supuesto, este fenómeno se ve muy reducido cuando el muro es protegido, adicionalmente, por medio de revoques, pinturas, hidrófugos, etc. Desde el punto de vista de la resistencia, no se presenta como factor crítico, siempre y cuando soporte la intemperie y sea estable con el tiempo.

En muros interiores

En muros interiores o particiones, las condiciones son las mínimas, pues se entiende que ni desde el punto de vista de cargas ni desde el hidráulico o térmico se van a presentar solicitaciones importantes.

En estas condiciones merece un cuidado especial la uniformidad y estabilidad dimensional de las unidades, con el fin de reducir la cantidad de materiales de acabado y evitar la fisuración de los muros por separación de las unidades y el mortero.

Según el refuerzo

La presencia del refuerzo en la mampostería determinó su liberación, como sistema estructural, de las ataduras de las resistencias a la compresión, tracción y cortante.

Todo concreto

La mampostería estructural “todo concreto” es, antes que una alternativa, una verdadera posibilidad térmica por permitir realizar todo el edificio de manera modular y utilizando un número muy limitado de recursos, en cuanto a materiales, todos ellos fundamentados en el uso del cemento (morteros de inyección, morteros de pega, bloques de concreto, losas de concreto, etc.).

No reforzada (tradicional o simple)

Aunque se hable de mampostería portante, durante mucho tiempo se utilizó mampostería sin refuerzo, de la misma manera como se había venido utilizando la mampostería de arcilla.

Esto ya no es posible a la luz de los códigos de estructuras modernos, pero se cuenta en el medio con un sinnúmero de obras ejecutadas de esta manera durante la década de los años 50 y 60; y aún hoy en día con algunas, que dada su magnitud o por no estar bajo los controles de las entidades encargadas de realizarlos, se continúan realizando de este modo.

Reforzada (estructural)

La mampostería estructural reforzada ha hecho posible extender el concepto histórico de la mampostería a estructuras de paredes mucho más delgadas y con alturas de hasta 20 pisos, nivel hasta el que se considera económicamente factible construir edificios de mampostería de concreto.

En nuestro medio, si bien se han logrado estructuras de hasta unos 14 pisos, predomina la utilización de la mampostería estructural para viviendas de uno y dos niveles y para multifamiliares de 5 pisos, conformando unidades de gran tamaño.

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