La industria de la música en la actualidad ¿Qué está sucediendo y por qué la pataleta del reguetón al no ser nominados a los Grammy?

Ser músico es una tarea difícil, tal vez mucho no lo noten, pero desde que una persona decide tomar esta practica artística como su proyecto de vida tiene que verse enfrentado a una constante vorágine de eventos catastróficos que lo van a fortalecer durante toda su existencia, los constantes rechazos, la falta de dinero, la exigencia para poder aprender cada día a mejorar en su instrumento o en su composición, las críticas de las personas, entre muchas cosas más convierte la piel de los músicos en cuero y en fuente de inspiración.

Ser músico es difícil y aún más hoy en día en el que la música ha perdido su valor artístico para convertirse en mero entretenimiento y saltarse de un solo paso el requerimiento de la educación, hoy en día el mercado está inundado de personajes que usan autotune (un plug in informático que corrige errores en el canto), de productores que programan cada nota y de cuervos que rondan a todos estos para ganar dinero de manera fácil. Vemos como casi todos los cantantes “famosos” han dado ese brinco hacia el reguetón en ansias de fama y sobre todo de dinero, no se les haga raro que el día de mañana estén cantando rancheras si es lo que se pone de moda.

Siempre se ha hablado de los “mercenarios del arte”, personas que están en él únicamente en busca de fama y reconocimiento que los lleve a ganar seguidores y miles de “likes” o de vistas en You Tube, esa es la gente que hoy en día está llenado estadios y su público es igual, un público que trabaja todo el día y que no tiene tiempo de sentarse a apreciar la música y lo que busca es bailar dos horas el fin de semana y desfogar ese cansancio con una apretadita y una buena fiesta, de todas maneras habrá algunos que se dediquen a este género porque les gusta, pero la historia nos ha dado la razón al ver muchos cantantes otrora famosos que cuando vieron su carrera en picada echaron mano de la receta mágica del pop del momento.

Sucede en muchos ámbitos musicales, por ejemplo, en Colombia, un país que tiene más de tres mil bandas activas de rock, se ha visto un fenómeno interesante en el cual estas bandas, cansadas de el poco apoyo hacia el género, han introducido instrumentos y ritmos folclóricos a su música con tal de ser tenidos en cuenta en festivales y espacios del estado que son quienes pueden ofrecer dinero y entonces ahora el rock de Colombia suena más a cumbia que a rock.

¿Qué es lo que sucede? Es fácil, existe una pereza generalizada en las artes, una falta de visión y un exceso de necesidad de atención y dinero, muy poca gente está dispuesta a sacrificar su bienestar por la música y crear a conciencia o crear lo que le gusta sin importar lo que digan los demás, hoy la meta es un avión como el de Maluma porque eso nos ha enseñado la narco cultura que vemos en el cine y la televisión, la meta es ser rico y tener cosas, el capitalismo salvaje nos pinta eso como ser “exitoso”, entonces ¿para que esforzarse por crear algo hermoso si cantándole al trasero se puede llegar a llenar el Madison Square Garden? ¿Para que invertir grandes sumas en discos que requieren músicos y cantantes si podemos tener una casa en Miami con un computador y un bafle? Además, quienes son los críticos de hoy en día si son personas que no se han formado artísticamente y esta generación de lo políticamente correcto es tan absurda que apoyan el movimiento #metoo mientras bailan una canción que prácticamente defiende la violación, es un mundo fácil y para un mundo fácil se necesita un arte fácil y además lo compran, cualquiera paga el derecho de un software y monta una “academia de estrellas”.

Entonces claro, cuando ese mundo fácil pierde la atención todos saltan enojados como sucedió con las nominaciones a los Latin Grammy de este año, ¿por qué se van a sentir discriminados unos personajes que están de número uno en todas las listas, tienen dinero para comprar aeronaves y dominan los estadios del planeta? Porque la búsqueda de atención de un farandulero es incesante, nunca nada será suficiente porque no son artistas complejos, son negociantes más que todo y para ellos el no estar en esa lista es una afrenta para su cultura.

El arte es un poco más complejo, el entretenimiento es básico y necesario, pero hay que saber la diferencia entre los dos, no se puede medir el arte por la cantidad de likes, hay un conocimiento acumulado durante siglos en la construcción de todas estas practicas que está siendo ignorado por una generación facilista y blanda que solo quiere consumir y gastar, entonces esa pataleta puede ser tal vez la reacción de personas a las que nunca les ha costado nada en esta vida mas que saltar y mostrarse para creer que están siendo “artistas”.

Felipe Szarruk

Felipe Szarruk