Instalada en febrero de 2016 e iniciando sus operaciones en junio de ese mismo año, las Plantas de Tratamiento de la Nueva Barquita se han convertido en un referente tecnológico de la región a partir de utilizar un procedimiento 100% natural para la depuración de las aguas, evitando el uso de energía eléctrica, y permitiendo verter en el Río Ozama diariamente cerca 2 mil quinientos metros cúbicos de agua tratada con los mejores estándares de vertido.
Contratada bajo proceso de licitación por la Unidad para la Readecuación de La Barquita y Entornos (URBE), la Constructora JP y la empresa AguaInc/WW Green Filters (especializada en el diseño, instalación, operación y mantenimiento de filtros verdes flotantes para la depuración de las aguas), tuvieron a su cargo la construcción y ejecución del proyecto, conceptualizado sobre la base de la tecnologías de punta disponibles en ese momento a nivel Mundial, así como sobre la base de criterios internacionales de urbanismo, economía, sostenibilidad y medio ambiente. La operación y mantenimiento está a cargo de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo, (CAASD).
“En el caso de la plantas de tratamiento de La Nueva Barquita, se trata de una infraestructura de nueve mil 200 metros cuadrados de balsas con macrofitas en flotación, construidas sobre el cauce natural por el que circulaban antiguas cañadas, aprovechado la caída del agua por gravedad sin tener que utilizar ningún tipo de bombeo ni energía eléctrica”, informa Daniel Calvillo, fundador de WW Green Filters..
Calvillo explica que el proceso bajo el cual operan estas plantas es mediante la creación de un humedal artificial de macrofitas en flotación, las cuales que se ocupan de depurar las aguas. “En este caso estamos usando “Typha Dominguensis”, una especie de plantas que crecen flotando en el agua gracias al sistema patentado de plantación AguaMatrix, capturando el oxígeno de la atmósfera a través de sus hojas y canalizándolo por sus raíces, depositando el oxígeno en las aguas contaminadas e iniciando así el proceso de oxigenación responsable de la depuración del agua de manera completamente natural”, afirma el especialista.
Una de las innovaciones alcanzadas en este proyecto fue el conseguir desarrollar una especie de macrofitas que responden específicamente a las necesidades que presenta el proyecto con unas hojas más altas y raíces más profundas para mayor capacidad de depuración de las aguas . En el caso de la “Typha Dominguensis” utilizadas en el proyecto son cultivadas en un invernadero en Nizao, por lo cual son autóctonas y adaptadas al 100 % a las condiciones ambientales existentes en República Dominicana.
“Pudimos conseguir que esta especie se reproduzcan sobre el agua, lo que garantiza la operación de la planta de manera permanente, sin interrupción y con un ciclo de vida útil indeterminado. Al inicio del proyecto plantamos 150 mil plantones de “Typha Dominguensis” que con los años se han ido reproduciendo de forma exponencial hasta conseguir una masa vegetal en torno a 40 kilogramos por metro cuadrado, consiguiendo un humedal natural con una capacidad de depuración único”
Esta tecnología arroja importantes beneficios tanto a los comunitarios como al ambiente. A diferencias de otras plantas para tratamiento de agua, las de La Nueva Barquita tienen cero consumo de energía eléctrica, cero producción de lodos y fangos, cero utilización de químicos y no genera malos olores.
Asimismo, alrededor de estas plantas de tratamiento se crea un ecosistema propio donde actualmente viven y se reproducen diferentes especies de fauna y flora, contribuyendo a enriquecer el paisajismo del área. “Además los filtros verdes flotantes se convierten en humedales con una altísima densidad de plantas. Los filtros verdes no emiten CO2 a la atmósfera, lo capturan, es por ello el cálculo estimado de captura de CO2 es de 29,440,000 gCO2/año, lo que corresponde a las emisiones equivalentes de unos 50 carros circulando durante 1 año.”
“En base a los resultados de calidad de agua en el efluente medidos durante más de tres años de operación, se cumplen los parámetros más exigentes de vertido de forma continua de las normas tanto dominicanas, como europeas o americanas, lo que hace que la infraestructura se convierta en un referente en toda la región. En el país no existe otro proyecto similar. Hablamos de una tecnología de punta que puede ser replicable en diferentes dimensiones y así trabajar con respuestas y soluciones alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.
Un elemento diferenciador que tiene el proyecto es el hecho de que los comunitarios de La Nueva Barquita, recibieron jornadas de sensibilización sobre la necesidad de cuidar esta infraestructura y los beneficios que arroja a su calidad de vida, trabajaron hombres y mujeres en la instalación de los filtros verdes y trabajan desde el inicio en el mantenimiento y operación de las plantas de tratamiento. “Son los comunitarios los principales defensores de la obra y el correcto mantenimiento de la misma”, enfatizó Cavillo.