En los últimos años las relaciones entre Latinoamérica y España han experimentado una evolución muy positiva a nivel económico y social, adquiriendo una equilibrada bidireccionalidad, que se ha consagrado al convertir al mercado latino en el cuarto más importante en el ranking de inversión extranjera en España. Nacho García-Milla Real Estate, profesional que lidera una de las consultoras boutique españolas más exclusivas del momento, analiza cuáles son los principales atractivos de este país para el público latino, que ya representa más del 31% del total de las transacciones inmobiliarias en el mercado prime.
La relación cultural, económica y empresarial entre España y Latinoamérica es sólida e histórica. Lo que en el año 2000 era principalmente un mercado internacional basado en la exportación de materias primas, a partir del 2008, con el estallido de la crisis económica de la Eurozona y la depresión del precio de los activos inmobiliarios, comenzó a acelerar el crecimiento de las inversiones procedentes de capital latinoamericano, llegando a los 4.400 millones de euros. A día de hoy, las inversiones procedentes de capital latino son un pilar fundamental en el entramado inmobiliario y empresarial español, pero además ya representan más del 31% de las transacciones de bienes raíces prime. “El punto de inflexión se produjo cuando, además del incremento del número de transacciones de capital, la tipología de las inversiones se fue diversificando sectorialmente y aumentando la satisfacción” afirma García-Milla.
Dentro de esta diversificación de los perfiles inversores latinos en suelo español existen tres tipologías bien diferenciadas. Por un lado, se encuentran los Family Offices, “ este tipo de inversores son los más comunes, buscando realizar pequeñas inyecciones de capital en empresas del país o con alcance europeo, y adquiriendo inmuebles de alta gama en las zonas más cotizadas”, afirma el asesor inmobiliario. La mayoría de ellos optan por Madrid, la capital, por su ubicación estratégica a nivel de transporte y de negocios. Barcelona también representa un foco importante para la inversión empresarial y residencial; sin olvidar, por supuesto, las principales zonas costeras como Marbella o Cádiz, que representan la milla de oro inmobiliario para el mercado internacional, especialmente para segundas residencias.
Según García-Milla, por otro lado, se identifican los operadores de capital privado de distinta naturaleza: recursos naturales, I+D o el holding, una práctica inversora que en los últimos años ha despertado un llamativo interés del mercado latinoamericano y que ya representa más del 40% del total de la capacidad inversora. Y, por último, destaca el mercado de emprendedores, un sector en auge que, motivado por la madurez de su ecosistema emprendedor, en los últimos años ha adquirido capacidad suficiente para dar el salto internacional. Estos últimos, suelen llegar a España para ampliar su formación en instituciones educativas de gran prestigio que les dan acceso a desempeñar sus primeros puestos laborales en grandes empresas europeas para después poder emprender.
Además de esta clasificación, existen otros factores que motivan la inversión latinoamericana en Europa conocidos como “pull” y que tienen que ver con el bajo riesgo regulatorio de la Eurozona, una rentabilidad macroeconómica asegurada, sumado a los buenos precios de las empresas y de los inmuebles, especialmente ahora.