ARTICULO: Atentos ante los riesgos financieros

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Por Felix Santana Garcia

Es habitual que en las operaciones financieras se manejen los conceptos de rendimiento y riesgo, siendo el primero la ganancia o la pérdida total que se espera obtener al realizar un gasto de capital o inversión, con el propósito de obtener el retorno de la misma en el menor tiempo posible y alcanzar a su vez el margen de utilidad o beneficios esperados.

Mientras el riesgo el cual actúa como una sombra, incertidumbre o fantasma que siempre está latente o se cierne sobre el rendimiento que ganará una inversión, es la probabilidad de que ocurra un evento no esperado o fortuito.

A raíz del informe de la misión de consultas con los diferentes sectores de la vida económica y financiera del país al honrar lo estipulado en el Articulo IV del Convenio Constitutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en cuanto a revisar el comportamiento anual de los asuntos económicos y financieros de cada país miembro.

Así también como consecuencia de las reflexiones, estudios, análisis y ponderaciones sobre el vaivén de las finanzas y economía de la nación dominicana en los que se resaltan los aspectos de déficits: fiscal y comercial, endeudamiento, precios más altos del petróleo, condiciones financieras en el mundo más restrictivas de lo previsto, tipos de cambio, y demanda externa más débil de lo esperado, ante los cuales los dominicanos están expuestos, el FMI propone que se potencialice el crecimiento económico, aceleran las reformas y que se reduzca más la pobreza y la desigualdad.

Al hablarse de potencializar la economía se trata de potenciar la producción que debe alcanzar en la economia, en un ambiente de pleno empleo o que estén empleados todos los trabajadores necesarios para que el capital produzca y no que estén empleados todos los trabajadores, pues la capacidad productiva de un país depende en gran medida del capital que se tenga disponible.

Al resaltar el aspecto de acelerar las reformas con el propósito de crear resiliencia o pasar de una etapa con traumas a una período de bonanza sin mirar el pasado, se trata de que el país requiere de hacer los ajustes necesarios a la luz de los cambios que va experimentando la economía y las finanzas del país a los fines de hacerlas sostenibles en el tiempo.

No es un secreto de que a medida que los tiempos cambian se requieren de nuevos paradigmas o modelos para afrontar los desafíos y riesgos que constantemente presentan los entornos: interno y externo de la economía.

Con lo anterior disminuir la pobreza que el actual mandatario de la nación asegura haber reducido al sacar de la pobreza a un millón y medio (1,500) de dominicanos dato estadístico que ha encontrado oposición entre economistas y entendidos en la materia ya el nivel desempleo sigue casi igual acentuándose entre los jóvenes que ya alcanza un 20% en este segmento poblacional y de paso reducir la desigualdad.

Se recomienda una reforma fiscal urgente, no tributaria, es decir, que tome en cuenta los ingresos y la calidad de los gastos públicos pero no una reforma que se quede en la gatera como se ha quedado la reforma eléctrica, pués los dominicanos se han acostumbrado a alcanzar las metas y los objetivos a base de mucha presión o después de que surjan traumas indeseados.

Como se puede leer, todo lo anterior cae en simples palabras, conceptos, recomendaciones, consejos que perًodo tras período se convierten en recurrentes o repetitivos, pués no es una ni dos las veces que se han tratado y ya da vergüenza tocarlos una y otra vez sin que las autoridades tomen la debida carta sobre los asuntos pendientes, que el país espera y necesita con urgencia.

Son muchos los desafíos que encara la nación dominicana, no solo internos sino también externos pues la economía más grande del mundo, la de los Estados Unidos con un presidente tan impredecible ajusta su economía. Ajustes que amenazan la situación actual del país, que de no observarse de cerca se recibirían sorpresas que afectarían directamente la estabilidad macroeconómica.

Pero lo más importante en este caso, no es que solo se enuncien las acciones y estrategias a seguir para enderezar las finanzas de la nación, las cuales se han manoseado, hablado, criticado y analizado una y otra vez, sino que se pase ya de lo dicho al hecho.

Ya basta de tantos comentarios, informes y figureos en los medios de comunicación y que se haga lo que se debe de hacer. El país no aguanta más compromisos u obligaciones financieros, más desigualdades y pobreza, la nación pide más acción y menos palabras, menos teorías y argumentos baratos, mediante los cuales muchos hacen alarde de sapiencia, habilidades e ingenio que no poseen, mientras los dominicanos vulnerables o necesitados se caen a pedazos.

Los riesgos financieros están presentes por lo que estos deben ser afrontados con gallardía, voluntad y oportunidad, de lo contrario será demasiado tarde para encontrar los antídotos necesarios y apropiados.

El paciente languidece, que se procure la medicación adecuada en el tiempo adecuado. Que se actué ya, ante tantos desafíos, que se planifique el porvenir de forma efectiva de la nación dominicana a favor de los más necesitados.

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