Articulo: Un mercado elitista

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Por Félix Santana García
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El mercado de valores de la República Dominicana sin duda alguna un foro aún incipiente que experimenta paso a paso un crecimiento notable pero de poca confianza de parte de potenciales inversionistas dada la limitada transparencia, difusión, inclusión y diversificación de sus transacciones que exhibe.

Desde la promulgación de la Ley de Mercado de Valores No. 19 del año 2000 modificada por la Ley No. 249-17 los distintos agentes que lo operan: reguladores, inversores, analistas, corredores, Puestos de Bolsa, Sociedades Administradores de Fondos de Inversión, entre otros, han tenido como tarea natural su desarrollo.

Conforme el tercer considerando de la indicada Ley 249-17 los objetivos que debe perseguir la regulación del Mercado de Valores Dominicano son la protección a los inversionistas, la garantía de que los mercados sean justos, eficientes, transparentes y la reducción del riesgo sistémico.

El Mercado de Valores constituye una alternativa adicional de financiamiento que contribuya al logro de los propósitos macroeconómicos y de reducción de la pobreza mediante la creación de empleo, el incentivo a la creatividad y la creación de herramientas de ahorro, a través de emisiones de valores de oferta pública (Séptimo considerando de la Ley No. 249-17).

Este mercado comprende la oferta y demanda de valores organizados en mecanismos centralizados de negociación y en mercados desarrollados fuera de los mecanismos centralizados de negociación (OTC) con valores de oferta pública, para permitir el proceso de emisión, colocación y negociación de valores de oferta pública inscritos en el Registro de Mercado de Valores, bajo la supervisión de la Superintendencia de Mercado de Valores de la República Dominicana.

A los fines de que este mercado se enrumbe por senderos que le garantice un seguro desarrollo y le ofrezca la mayor confianza, y transparencia a los inversionistas o inversores así como a los usuarios de los fondos captados para su financiamiento es necesario que se actúe apegado a la señalada ley de mercado de valores.

Es necesario que los promotores de inversiones sean lo más aguerridos en el momento de captar nuevos inversionistas proporcionándoles a los mismos la mayor cantidad de informaciones que les permita realizar sus transacciones de manera confiables.

Es penoso que a pesar de que la nación dominicana tiene más de tres décadas con bolsa de valores integrantes del mercado de valores la población dominicana carezca de más informaciones acerca de la existencia de la bolsa de valores y el resto del mercado de valores.

Gran parte de los pequeños, medianos empresarios y público en general desconocen que además de los bancos o intermediarios financieros existen instituciones inscritas en la Superintendencia de Mercado de Valores de la República Dominicana que conforman el Mercado de Valores donde podrán realizar transacciones de colocación de ahorros a los fines de multiplicar su dinero.

Del mismo modo dichos agentes y público común desconocen que no solo pueden apalancarse a través de los bancos sino también pueden hacerlo a través de la emisión de títulos valores conforme el cumplimiento de la ley aquí tratada.

Sería apropiado y beneficioso que los integrantes del Mercado de Valores Dominicano se empleen más afondo a los fines de que den a conocer en detalles la Ley No. 249-17 que los rige y las distintas alternativas de ofertas públicas de valores a los fines de que no solo las personas y agentes económicos conectados con los puestos de bolsa puedan invertir y financiarse con los fondos captados a través de este mercado.

Que también lo puedan hacer los pequeños y medianos inversionistas, las pequeñas y medianas empresas que deseen invertir y hacer uso de los capitales que les pueda proporcionar el mercado de valores.

Es necesario que se socialicen sus prospectos de inversión a través de los diferentes intermediarios financieros, las universidades y al público en general, mediante el uso de las redes sociales y otros medios de comunicación físico o virtuales, las ofertas de los distintos productos financieros con lo que se contribuiría a dinamizar este mercado.

Del mismo modo difundir todas las operaciones que se realizan en el Mercado de Valores a pequeños o medianos comerciantes para que puedan hacer uso del mismo sea para invertir o financiarse haciéndole saber que deben abrirse al público en general con el propósito de ir creando una cultura bursátil en el país.

Esto así para que los empresarios dominicanos aprendan que deben transparentar sus operaciones ante los inversionistas si es que desean captar nuevos capitales, lógico esto conlleva que éstos socialicen sus actividades operativas, de inversión y financiamiento y por supuesto dejen de ser entidades familiares o cerradas mediante emisiones de rentas variables o acciones comunes u ordinarias.

El Mercado de Valores no solo debe ser para los grandes inversionistas y empresarios que necesitan capitalizarse sino que debe bajar a los pequeños a los fines de que deje ser un mercado elitista o dirigido a un solo público con lo cual se contribuiría a que los dominicanos desarrollen cultura financiera y bursátil dirigida a fomentar el crecimiento el desarrollo económico y financiero de la República Dominicana.

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