Se estima que el Estado dominicano ha dejado de percibir unos RD$22 millones por día, lo que representa un total aproximado de un poco más de RD$8,000 millones, tras la suspensión de las actividades en el sector construcción para evitar la propagación del covid-19, según la Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de la Vivienda (Acoprovi).
Así lo informó el ingeniero Jesús Antonio Armenteros Jorge, Ceo de La Española- Armenteros, quien recordó que este sector aportó en 2018 el 13% del producto interno bruto (PIB) del país y genera aproximadamente 290,000 empleos. Es decir, cerca del 6.5% de los empleos de la nación.
“Esto podría traducirse en una caída estrepitosa del crecimiento económico del país, amén de las alzas en los precios del oro que nos ayudan en la balanza de pago, la reducción del petróleo y su respectiva factura”, recalcó.
Destacó que el impacto laboral en la construcción es otro de los efectos significativos, desde varios puntos de vista, primero, la interrupción del negocio, en el que intervienen personas, cadena de suministro, activos; y segundo, lo que respecta a los ‘ganadores y perdedores’ a largo y corto plazo. Indicó que en el ámbito de inversionistas también está siendo impactado.
Activación de sector es vital
Subrayó que la activación de este sector, así como otros, es crucial para evitar una crisis laboral a largo plazo, cuyos efectos, aseguró, estarían traducidos a pérdidas más allá de lo económico. Dijo que muchas empresas constructoras no cuentan con herramientas para hacerle frente a la crisis.
Insistió en que la importancia de habilitar gradualmente algunas áreas de este sector, tales como agrimensura, movimiento de tierras, estructuras metálicas mecanizadas, mecánicas de suelo, hasta que baje la curva de contagios.
“Con la realización de actividades técnicas con el debido protocolo de pruebas de covid-19 a los trabajadores, podría lograrse un avance en las construcciones ya iniciadas, y mantenimiento de infraestructuras como industrias, supermercados y hoteles, con el objetivo de iniciar la habilitación con miras a ir recuperando paulatinamente el sector, aunque no sea en un 100%”, ponderó.
Reconoció que el estado de emergencia, aunque necesario, está causando pérdidas sensibles a las empresas prestadoras de servicios como hormigoneras, ferreterías, agregados, industrias, además de afectar directamente a las compañías constructoras pequeñas y medianas que son parte integral de los consorcios de 13 que ejecutan grandes proyectos habitacionales y turísticos en República Dominicana.
Enfatizó que, a la brevedad posible, el sector público y privado deben acordar las actividades prioritarias y enumerarlas con fechas e intervalos en el área de construcción que permitan reiniciar en lo inmediato con su respectivo distanciamiento laboral a más de 13 pies por cada jornalero, operario o profesional en su línea de trabajo, turnos seccionados y para sectores ferreteros restricción en despachos físicos y mayor uso online, hasta que se controle la pandemia.