ARTICULO: Nueva administración estatal

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Por: Lic. Félix Santana García
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Economista, Profesor Universitario
Para «El Mundo de la Politica», «Dominicana Exterior», y
demas Multimedios de The Ballester Media Group, Inc.

Es frecuente ver letreros expuestos al público por distintos medios e inclusive adheridos en los frentes de empresas comerciales, manufactureras y de servicios informando que dichas instituciones tendrán nueva administración cuyo metamensaje es llevar al cerebro de los transeúntes y público en general la idea de que dichas empresas serán mejor administradas a favor de sus clientes, que el pasado pasó y que pueden contar con mejores aliados de sus necesidades.

El hecho de tener nueva administración significa: nuevos bríos, creatividad, mayor velocidad de respuesta de reacción ante los retos y amenazas, nuevas ideas, nuevos objetivos y metas, nueva visión de futuro, mejor servicio, más destreza, más dinamismo, cambios en hacer las cosas cotidianas, mejores estrategias en fin producir una revolución o reinventarse tanto en lo personal como en lo institucional.

El mensaje es que se cambiará lo mal hecho por lo correcto, lo ineficiente por lo efectivo y eficiente, es llevar al ánimo de los clientes o usuarios de los servicios nuevas esperanzas, nuevas formas de hacer las cosas con el propósito de que la vida del ser humano sea más llevadera, menos complicada, menos costosa ya que al final lo que se persigue es que los dominicanos sean más felices al pasar por este mundo.

El sueño es que las personas sean incluidas en el marco de las oportunidades y beneficios y que todos puedan vivir en un país más justo y equitativo, donde se tengan las mismas oportunidades, los mismos derechos de comer, tener un techo decente, educación, salud, evitando el favoritismo y la exclusión social, todo lo cual se alcanza siendo más sensibles y humano ante las necesidades de los demás.

Desde ya los dominicanos tienen un nuevo gobierno, un nuevo equipo de hombres y mujeres empeñados en cambiar lo malo por lo bueno, controlar las debilidades, pasiones y emociones negativas desbordadas en la pasada administración.

No quiere decir que la nueva administración estará conformada por personas de otros mundos, son los mismos seres humanos pero con visión y concepción diferentes de la vida.

Las energías se agotan, las ideas llegan a ser obsoletas en un país que debe de ir a la par con los cambios producto de la evolución del mundo.

El ser humano cambia continuamente y con éste las instituciones. El que se quedó atrás o presenta resistencia ante los nuevos paradigmas no evoluciona, repite una y otra vez los mismos errores y lamentablemente existen seres humanos que se empecinan en aplicar modelos totalmente desfasados que ya no funcionan, que no se ajustan a los cambios que día a día se suceden en el país y resto del planeta.

Los malos jefes o administradores cuestan mucho a un país, a una empresa y a una familia.

Es de conocimiento de los administradores que la ciencia administrativa tiene como fundamentos las funciones de: planificar, organizar, coordinar, dirigir, controlar, evaluar y retroalimentar, sin ellas el dirigir resulta inviable ya que todo comienza por la planificación, la disciplina, sin esta última sería muy difícil por no decir imposible alcanzar las metas y objetivos propuestos.

El secreto de toda buena gestión es la disciplina de nada sirve ser inteligente o habilidoso si las cosas a realizarse no se acompañan por el orden, la sistematización, el cumplimiento, el respeto por el tiempo y los recursos a ser bien administrados.

El inicio de una nueva gestión impone en los primeros meses amueblar bien cada puesto de trabajo, planificar o prever lo que ha de suceder en el corto, mediano y largo plazo, es poner la casa en orden, es eliminar lo mal hecho, disminuir los altos costos, hacer más competitivas las instituciones evitando caer en los mismos errores del pasado con el propósito de ser más eficientes, más expeditos en hacer las cosas, es eficientizar los servicios ofrecidos.

Es menester recordar que manos que dan esperan y quien paga desea que lo atiendan con prontitud, eficiencia y buen servicio.

Cuando un pueblo escoge una nueva administración lo hace además de la alternabilidad democrática que debe aplicarse es imbuido por el deseo de recibir un mejor servicio como contraparte de los impuestos y gravámenes pagados al Estado.

La lógica del cambio lleva a los dominicanos y demás seres humanos a alcanzar nuevos objetivos y metas.

Lo mismo cansa, agota, causa monotonía, desidia en hacer las cosas, poca voluntad y frustración.

La República Dominicana amaneció con nuevas autoridades nacionales encabezadas por el señor presidente Luis Abinader Corona, con nuevos bufetes directivos del Senado y Cámara de Diputados y con un pueblo lleno de esperanzas en medio de una de las crisis de salud y económica más devastadora de la historia.

A pesar de ello los dominicanos son un pueblo decidido a echar la batalla junto a su presidente para encauzar la nación dominicana por nuevas sendas de crecimiento, desarrollo económico y social, sin vueltas atrás.

El presidente Luis Abinader Corona, la vicepresidenta Raquel Peña y demás funcionarios públicos enfrentarán desde hoy grandes desafíos más aún por el Covid-19 que estropea la economía, pero el presidente Luis tiene el sano deseo, el sueño, la voluntad y las fuerzas de sacar al país de esta situación que empobrece y disminuye a la mínima expresión a todos los dominicanos.

Señor presidente Luis, hoy el país tiene un nuevo label o etiqueta: Nueva administración. Cuente con el apoyo de su pueblo de manera irrestricta que ha sabido escogerlo para llevar hacia adelante a un país abusado, maltratado, postergado, frustrado, apesadumbrado y hoy triste y melancólico pero con Dios, su entusiasmo y la férrea voluntad de su gobierno el pueblo dominicano no se sentirá burlado, defraudado o abandonado. Que la suerte, las bendiciones y el Todopoderoso le acompañen siempre.-.

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